CARTA DE MONSEÑOR MARTINI, OBISPO DE SAN JUSTO AL SENADO DE LA NACION

Al Señor
Vicepresidente de la Nación Argentina
DON DANIEL SCIOLI
Presidente del Senado de la Nación
Estimado Señor:
Reciba mis cordiales saludos y deseos de Paz y Bien en Jesucristo, Señor de la Historia; que solicito extienda al resto de los integrantes del Honorable Senado de la República, enviándoles copia de la presente.
Con la confianza en su gestión al servicio de la Patria y de los grandes valores que le dan verdadero sustento, como ciudadano y también como Obispo de esta Diócesis de San Justo (La Matanza), me dirijo a Ud. y a todos los Señores Senadores de la Nación para que tengan en cuenta estas consideraciones, ante el avasallamiento de la dignidad de la persona humana, concretada en diversas cuestiones que son de dominio público, todo ello para bien de la Patria.
Aún no se ha acallado la conmoción de la opinión pública, frente al caso de una menor de edad discapacitada, que fuera víctima de un abuso, del cual quedó encinta. Muchas voces se alzaron pidiendo la condena a muerte de la persona por nacer, víctima inocente también del mismo abusador. Entre dichas voces carentes de la más mínima piedad, se destacaron -paradójicamente-, las del ministro nacional encargado de la salud pública, las de una integrante de la máxima instancia judicial, y la del gobernador de la provincia donde sucedieron los hechos. Un fallo inicuo, basado en las tesis eugenésicas de los años veinte -precursoras del nacionalsocialismo-, condenó a muerte al inocente. La cordura de los médicos puso las cosas en su lugar: se negaron a actuar como verdugos de la pena capital.
Por declaraciones periodísticas, se supo que la familia no pensaba dar en adopción a la criatura luego de nacer, aceptaron de buen grado criarla, su desesperación había sido por motivos económicos. ¿Acaso no hubiera sido más justo y razonable, buscar desde el comienzo una solución acorde con la dignidad humana?. Mientras el gobernador bramaba la muerte de la persona por nacer, ¿no se le ocurrió pensar en cumplir las mínimas obligaciones que su cargo importa: posibilitar la vida, alimentación y crianza de todos los bonaerenses?.
Entre los que -como si estuvieran en el circo romano-, le "bajaron el pulgar" a este niño inocente, hay varios legisladores nacionales, diputados y senadores. Todos han agraviado al pueblo argentino. Ninguno le ha pedido perdón, ni tan siquiera a los familiares de la persona por nacer. En lugar de ello, han profundizado el agravio al pueblo argentino, al solicitar la destitución de la valiente Sra. Juez, Dra. Inés Siro, quien basada en razones estrictamente jurídicas -como surge de la simple lectura de su resolución-, salvó la vida de una criatura inocente. Pura hipocresía que no puede ocultar, el refinamiento con que se la planteó. Tal es el desprecio que algunos hombres -mujeres y varones- públicos sienten, por la vida y la dignidad de sus conciudadanos. Desde luego, quienes actúan de ese modo, no pueden pretender representar a nuestro pueblo; salvo un uso fraudulento de los mecanismos políticos vigentes.
Ese Honorable Senado tiene en avanzado estudio, un proyecto en revisión, originado en la Cámara Baja, que pretende autorizar las mutilaciones irreversibles, sin indicación médica, sólo como método de control natal, en forma gratuita y obligatoria, para todo el sistema sanitario, sea público, privado o mixto. ¿Será para complacer los condicionamiento de los organismos financieros internacionales, como es el caso de tantos países de nuestra América Latina?. La República Argentina es un país despoblado, y en vías de envejecimiento poblacional. ¿Se pensará revertir ambos males esterilizando a la población?. Ese no es el camino idóneo. Hay alternativas respetuosas de la dignidad humana, para quienes deban posponer un nuevo nacimiento: los métodos naturales de conocimiento de la fertilidad. Las mutilaciones no son necesarias, excepto para los intereses foráneos de mantenernos como una Nación despoblada, incapaz de explotar sus riquezas naturales.
La Honorable Cámara de Diputados, tiene en estudio un proyecto de entrega gratuita de las llamadas -fraudulentamente-, "píldoras de anticoncepción de emergencia". La Corte Suprema de Justicia de la Nación, prohibió tales elementos abortivos, en el señero caso "Portal de Belén". Los fabricantes extranjeros, titulares de las todas las patentes de las fabricadas en el país, reconocen que modifica el endometrio, impidiendo la anidación del ser humano con pocos días de vida, en el útero materno. Los prospectos argentinos están obligados por ley, a dar esa información esencial a las usuarias. Sin embargo, las autoridades del Ministerio de Salud obligaron a los laboratorios a ocultar ese efecto antiimplantatorio en los prospectos que circulan en el país. Por tal acción delictiva, en diversas causas penales están imputados y/o procesados, diversos funcionarios del gobierno nacional, y responsables de laboratorios. El proyecto de ley, en lugar de ser archivado, avanza en su tratamiento legislativo.
Estamos a poco más de un año de una nueva compulsa electoral, donde se elegirán las máximas autoridades. Ocupando sendas bancas en el Senado de la Nación, están la esposa y la hermana del Sr. Presidente de la República. A su vez, él tiene la facultad constitucional de promulgar o vetar las leyes que sancione el Congreso de la Nación. Sin duda, estos meses serán una buena comprobación, del pensamiento real de los futuros candidatos. Como parte de mi servicio pastoral, informaré debidamente a los fieles de la diócesis de San Justo, para que -llegado el momento-, puedan ejercer responsable y libremente su derecho al voto.
Señor Presidente, que siempre tengamos pasión por el Bien Común, que es el bien de todas las personas, desde el momento mismo de la concepción, hasta su muerte natural.
Reciba mi abrazo hecho bendición y oración en Cristo que es la Vida.
¡ DIOS ES AMOR!
+Baldomero Carlos Martini
Obispo de san Justo